Dependemos de un fino hilo tecnológico queramos o no…

Para bien y para mal, que hay que tener en cuenta el lado menos «sano» de la tecnoadicción.
En nuestro trabajo, en diversos ámbitos de nuestra cotidianidad, en hechos tan simples como salir de un parking…

Acabo de recibir un mail corporativo en el que nos informan de un fallo global en el sistema informático que nos impide abrir y funcionar con un programa necesario en nuestro día a día laboral.

¿Y que ocurre cuando pasa eso?

Aparte de los consiguientes cabreos por la impotencia que conlleva, por ver como nuestra optimización se va al garete, por tener que dar mil vueltas para hacer el mismo tipo de gestión (y eso si se puede…), ocurre que nos damos cuenta de lo «frágiles» que somos, de lo vulnerable que es nuestra supuesta «independencia» como ser autónomo.

Me explico:

¿Que necesito dinero? Voy al banco, introduzco la tarjeta de plástico en el cajero y…tachán !!

Pues este simple ejemplo, me pone los pelos de punta si le damos una vuelta de tuerca:

Vas al banco y te informan de que no apareces como cliente…(música de suspense)

– «Pero si tengo aquí mis 2 tarjetas de su entidad! Pero si esa señorita de la mesa me conoce! Se llama Itziar!!«

-«Ya, ya, señor. Pero en nuestra  base de datos no aparece. Lo siento«

-«Pero si tengo aquí mi nómina y el plan de pensiones!«

-«Caballero, le ruego que baje el tono y salgo del banco o me veré obligado a llamar a seguridad «

Y mientras salimos, el señor del mostrador comienza a aporrear el teclado, porque no le registra las pulsaciones de las teclas numéricas, rezando para que ojalá no vuelvan tener el mismo fallo informático que el de hacía 2 horas que les había tenido los ordenadores congelados durante media hora con el pantallazo azul de Windows.

Es un simple ejemplo malicioso de todo lo que nos podría pasar si este código de unos y ceros dejase de funcionar.  Bancos, seguridad social, recetas pendientes de retirar en la farmacia, historial médico informatizado, bases de datos, tarjeta de videoclub, barreras de parking, datos en la nube…Mejor no sigo.

Con lo que duran las pilas de una libreta y un lápiz (y que esto lo diga yo…)